sábado, 26 de abril de 2014

Vida


Las palabras se convirtieron en caricias, tu olor me ató a tus deseos, el sudor embriagó nuestros cuerpos, tus cabellos contaron secretos que solo había confiado al viento, tus ojos encadenaron a los míos a la eternidad de los tuyos y mi vida se entregó en ofrenda a la ternura de tú corazón y a la furia de la pasión.

C.C.E.C.